El tratamiento de la ansiedad

La mayoría de los pacientes que inician tratamiento de la ansiedad aseguran desconocer sus causas. La experimentan como un ataque inmotivado y aleatorio en el cotidiano. De ahí que a la ansiedad misma se le sume el miedo a su próxima emergencia, la espera angustiosa de su retorno en el momento menos indicado. Esto se exacerba si el paciente por temor, pudor o vergüenza evita comentar en su entorno social o laboral que tiene ansiedad, cosa  bastante frecuente. 

El desconocimiento de las causas también alimenta fantasías que exageran el grado en que la ansiedad podría escapar al control de la persona. Son habituales los temores infundados a causarse daño o a infligirlo a los más allegados. 

En algunos casos, los pacientes conectan su ansiedad a situaciones triviales o cotidianas; entonces la juzgan una reacción desproporcionada o exagerada. Sin embargo, el psicoanálisis reconoce en ella la reacción ante pensamientos o ideas que no son conscientes. Por eso, el tratamiento de la ansiedad, desde el psicoanálisis, da vía libre a la palabra del paciente, para que nos conduzca a eso que él mismo desconoce. La ansiedad quizás tendrá que ver con su historia, con su vida social o afectiva, con su sexualidad…  En última instancia siempre nos dirá de su deseo. 

Dar lugar a la vertiente inconsciente como causa de la ansiedad no es un hecho menor. Desde esta perspectiva, la ansiedad se descubre como una llamada de alerta, un modo por el que el paciente advierte que no está escuchándose convenientemente. 

Encontrar la lógica inconsciente de la ansiedad tiene un doble efecto, gracias al que ésta irá disminuyendo. En primer lugar, reconocer un sentido y el consecuente trabajo empoderan al paciente. La ansiedad deja de ser una amenaza al acecho para transformarse en un llamada de atención sobre cierta desconexión de la persona con su deseo.

En segundo término, el paciente adquiere un conocimiento más profundo de sí, que puede aplicar en su vida diaria. De este modo, cuando el paciente pone palabras a la ansiedad, algo muy legítimo de sí puede ser escuchado y tenido en cuenta.

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