La fobia social

Una fobia muy habitual en la consulta es la referida a situaciones sociales. Quien padece fobia social evita realizar acciones como hablar, comer, escribir, desvestirse en presencia de otras personas. También evita interactuar de modo general: asistir a eventos, practicar deportes grupales o desarrollar cualquier actividad que suponga la presencia de otros. Cuando se ve obligado a hacerlo, experimenta ansiedad, que puede alcanzar el grado de ataques de pánico. Aunque el paciente reconoce lo injustificado o exagerado de esta reacción, el temor a pasar vergüenza, hacer el ridículo o ser evaluado negativamente acaba imponiéndose.
 
En ocasiones, el paciente relata haber sido un niño tímido. Esto pudo agravarse en la adolescencia, etapa en que la aceptación por el grupo adquiere un valor preponderante. La fobia finalmente pudo instalarse gradualmente, o precipitarse en determinado momento de la vida adulta.
 
Las conductas evitativas del fóbico merman su vida social y afectiva, reducida a su círculo de íntimos. En lo profesional, evitará interaccionar con compañeros, dirigirse a autoridades, exponer puntos de vista, logros y demandas. En definitiva, evitará asumir los pequeños “riesgos” de la exposición y el encuentro.
 

El abordaje psicoanalítico

El psicoanálisis ve en la fobia social el miedo al encuentro con el otro, a la mirada del semejante. En tanto los humanos somos seres que nos vinculamos a través de la palabra, la fobia social es un trastorno del lazo con los otros. Se funda en el primer lazo, que se da en la familia. Allí se establecen las bases y los límites de la singularidad, la aprobación, la autoridad, el amor y la hostilidad.
 
Como toda fobia, la social también supone prevenirse del deseo. A menudo, a lo largo del tratamiento, los pacientes descubren su secreta aspiración a destacar en actividades en las que ser admirados públicamente.
 
La fobia social es una metáfora de nuestra época, cuando cada vez más un dispositivo tecnológico media en los intercambios sociales.  Tiene su contracara en la red social, un modo de eludir el encuentro y la mirada a través de lo virtual, de estar conectados sin poner el cuerpo.
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