Según progresa un tratamiento, siempre sorprende descubrir que existen tantos motivos reales de iniciar una terapia como pacientes. Sin embargo, lo común a todos es el sufrimiento, que suele derivar, entre otros, en los siguientes motivos de consulta :
Tal vez sea la primera vez que te propongas iniciar una terapia psicológica, o quizás ya hayas realizado alguna anteriormente. En cualquier caso, cada tratamiento es único, pues pone en juego la subjetividad y el compromiso del paciente en un momento particular de su vida así como el enfoque, conocimientos, experiencia y estilo personal de cada profesional. La búsqueda de terapeuta es una decisión importante, porque un tratamiento psicológico supone un trabajo compartido del que pueden resultar los cambios más significativos y profundos en la vida de una persona.
¿Cómo trabaja una psicoanalista?
Los psicoanalistas somos psicólogos o psiquiatras formados en Psicoanálisis, una disciplina con más de ciento veinte años de historia, que ha acumulado una enorme base de conocimientos teóricos y clínicos y ha influido en casi todas las demás corrientes psicológicas. Si bien el Psicoanálisis se halla unido al nombre de Sigmund Freud, evolucionó desde sus comienzos con las aportaciones de figuras relevantes, como Jacques Lacan, que introdujo elementos de disciplinas no desarrolladas en tiempos de Freud, particularmente la Lingüística y el Estructuralismo.
El Psicoanálisis tiene como eje de su hacer clínico la palabra y la subjetividad del paciente y sostiene la libertad y la responsabilidad de éste en su sufrimiento. Por esto explora cómo ha intervenido el paciente en su historia, en sus síntomas y en repeticiones de las que muchas veces no es consciente.
A diferencia de las otras terapias psicológicas, el Psicoanálisis trabaja caso por caso, evitando los saberes a priori y las recetas generales. Busca, en cambio, el saber en el propio paciente, y al hacerlo lo lanza a la búsqueda de su deseo. El Psicoanálisis no comparte la extendida visión psicofarmacológica que lleva el uso de ansiolíticos y antidepresivos hasta el límite mismo del abuso, acallando el malestar sin atender sus causas, con riesgo de crear una sociedad de fármacodependientes, expertos en consumo pero ignorantes de sí mismos.
Mi práctica profesional se basa en tres principios:
- Los seres humanos somos sujetos libres y responsables, y como tales, claves en el proceso de cura.
- Los síntomas por los que un paciente inicia tratamiento no definen al paciente ni al tratamiento, ya que las personas, igual que sus padeceres y satisfacciones, son singulares.
- La palabra es el instrumento del tratamiento, pues es el medio de conectar con el saber del paciente, de dar cabida a su subjetividad y de producir efectos terapéuticos.
Si te interesa tener una primera consulta,
me encuentras en Av. Diagonal, 296 E2.
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